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15Nen en Zocalo: pidieron justicia y les dieron toletes en la nuca. La juventud ya no se calla y el gobierno ya no disimula

  • efectoparallax5
  • 16 nov
  • 3 Min. de lectura
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La marcha de la Generación Z, convocada para el 15 de noviembre de 2025, surgió como un movimiento nacional impulsado principalmente por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, hartos de la inseguridad rampante, la corrupción y la impunidad en el país.

El detonante directo fue el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, el 1 de noviembre de 2025, a manos del crimen organizado, en un contexto de violencia extrema en esa región. Manzo era visto como un símbolo de resistencia contra el narco, y su muerte catalizó un clamor colectivo por “paz inmediata, justicia verdadera y un México libre de corrupción”.

El pliego petitorio incluyó 12 demandas clave: revocación del mandato presidencial de Claudia Sheinbaum, transparencia en el uso de recursos públicos, fin al “narco-gobierno”, mayor seguridad, oportunidades para los jóvenes y fin a la violencia contra periodistas y activistas.

 

La convocatoria se viralizó en redes sociales con referencias culturales como la bandera pirata de One Piece (símbolo de rebeldía y libertad), y se replicó en más de 50 ciudades, desde Tijuana hasta Mérida, aunque la principal concentración fue en la Ciudad de México (CDMX), con estimaciones oficiales de 17 mil participantes, aunque cifras independientes sugieren más.

Aunque se presentó como un movimiento juvenil orgánico, críticos del gobierno (como Sheinbaum) lo tildaron de “orquestado por la oposición de derecha” con bots y campañas pagadas desde el extranjero, vinculándolo a figuras como Vicente Fox o Claudio X. González.

Sin embargo, participantes incluyeron no solo jóvenes, sino familias, médicos, agricultores y madres buscadoras de desaparecidos, superando los 30 años en muchos casos.

¿Hubo golpes por parte de la policía?

Sí, hubo enfrentamientos violentos al final de la marcha en el Zócalo de CDMX, que terminaron con golpes mutuos, uso de gases lacrimógenos, extintores y petardos. Lo que inició como una protesta pacífica desde el Ángel de la Independencia degeneró cuando un grupo de encapuchados (conocido como “Bloque Negro”, de unos 100-1,000 participantes según fuentes) derribó vallas metálicas frente al Palacio Nacional usando martillos, esmeriles y explosivos caseros.

Esto provocó una respuesta policial de contención: la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de CDMX desplegó gases irritantes, polvo de extintores y una “valla humana” para impedir el avance hacia edificios públicos.


Videos virales en redes muestran:

  • Policías golpeando con escudos y toletes a manifestantes, incluso a mujeres, personas de la tercera edad y familias que se retiraban pacíficamente.

  • Agresiones a periodistas (al menos 4 reportados, como Jesús Arias de Azteca Noticias).

  • Manifestantes lanzando piedras y robando escudos a policías, lo que dejó heridos en ambos lados.


El saldo oficial: 20 civiles heridos (lesiones menores atendidas por paramédicos del ERUM), más de 100 policías lesionados (traumatismos, cortaduras y golpes), y 40 detenidos (20 por agresiones/robos al MP, el resto por faltas administrativas). Reportes independientes elevan los heridos civiles a 120, incluyendo gaseados sin provocación.

La jefa de Gobierno, Clara Brugada, y el secretario de Seguridad, Pablo Vázquez, calificaron la actuación policial como “ejemplar” y de “protección”, argumentando que respondieron a una “provocación evidente” de infiltrados.

Sin embargo, la oposición y ONGs como Artículo 19 denunciaron “represión desproporcionada” y posibles infiltrados (“porros”) para deslegitimar la marcha.En otras ciudades como Puebla, hubo jaloneos menores sin saldo grave.

Reacciones a la marcha y los enfrentamientos Las reacciones fueron polarizadas, reflejando la división política en México.

 Tabla para comparar perspectivas clave:


Sector

Reacción principal

Detalles clave

Gobierno (Sheinbaum, Brugada, Cravioto)

Condena a la violencia como “provocación orquestada por la derecha”. Justifica represión como “contención necesaria”.

Sheinbaum: “Estrategia digital pagada desde el extranjero con bots”. Brugada: “Garantizamos libertades, pero la violencia atenta contra los demás”. Cravioto: “La marcha era para provocar; policías protegieron el patrimonio”.

Oposición y manifestantes (Gen Z, PAN, PRI)

Denuncia represión brutal y llama a más protestas. Apoyo a la “juventud patriota”.

Convocatoria a nueva marcha el 20N. Héctor Saúl (PAN): “Aplausos a los valientes; uníos contra Morena”. Videos virales muestran indignación por golpes a civiles y periodistas.

Medios y prensa internacional

Cobertura mixta: énfasis en disturbios, pero crítica a la respuesta policial.

El País: “Primera marcha contra Sheinbaum deja 120 heridos”. LA Times: “Enfrentamientos con cohetes y gases”. El Mundo: “Bandera pirata en el Zócalo; 20 detenidos”.

Redes sociales (X/Twitter)

Indignación mayoritaria contra represión; memes y vídeos virales.

Posts con #MarchaGenZ acumulan miles de views: “Represión al 100%” (videos de golpes). Apoyo a Gen Z: “No más narco-gobierno”. Críticas a “fracaso” por baja afluencia juvenil.

Instituciones (SCJN, Segob)

Rechazo a “expresiones de violencia aislada”; condena a daños al patrimonio.

SCJN: “Condenamos actos en nuestras inmediaciones”. Segob: “Rechazo a agresiones con explosivos”.

En resumen, la marcha expuso un México fracturado: un gobierno que ve amenaza en la disidencia juvenil y una generación que exige cambio real. Mientras el oficialismo minimiza y acusa conspiraciones, los jóvenes convocan al 20N para continuar.

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