Alerta en la Industria Automotriz Mexicana: Aranceles a Autopartes Chinas Amenazan con Paralizar la Producción
- efectoparallax5
- 15 nov
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El sector automotriz de México, uno de los más importantes de América Latina y clave para las exportaciones bajo el T-MEC, se encuentra en vilo ante la posible imposición de aranceles a las importaciones de autopartes chinas.
Representantes de la industria advierten que estas medidas podrían interrumpir la cadena de suministro, paralizando la producción de vehículos y elevando costos de manera drástica, en un momento en que la región busca fortalecer su integración comercial con Estados Unidos y Canadá.
La alerta surge en medio de una escalada de tensiones comerciales.
El gobierno mexicano, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, ha propuesto aranceles de hasta el 50% a productos de países sin tratados de libre comercio, como China, para proteger industrias estratégicas.
Sin embargo, el sector automotriz teme que esta protección se vuelva contraproducente, ya que China suministra alrededor del 18% de las autopartes importadas al país, con un valor anual de unos 8,000 millones de dólares.
Componentes electrónicos esenciales, como pantallas táctiles digitales para tableros –estándar en vehículos modernos–, son particularmente difíciles de sustituir de la noche a la mañana.
Dependencia Crítica de Componentes Chinos
Amapola Grijalva, directora de la Cámara de Comercio México-China, enfatizó el riesgo: "Estos aranceles podrían poner en jaque uno de los pilares de las exportaciones mexicanas. Buscar proveedores alternativos tomaría años y detonaría aumentos inmediatos en precios".
La industria, que genera millones de empleos y representa el 23% de la manufactura nacional, depende de estos insumos para cumplir con las reglas de origen del T-MEC. Sin ellos, armadoras como General Motors (GM) y otras podrían enfrentar paros en la producción, afectando no solo a México, sino a toda la región norteamericana.
Gabriel Padilla, director de la Industria Nacional de Autopartes (INA), ha liderado rondas de negociación con la Secretaría de Economía para precisar qué fracciones arancelarias se verán afectadas. "No debería ser una medida general; debemos consultar para no dañar la sincronicidad con Estados Unidos", señaló.
La INA ve en esto una oportunidad para diplomacia industrial, pero advierte que piezas chinas complementan procesos locales que exportan al norte.
Impacto en Precios y el Mercado de Refacciones
El efecto dominó ya se vislumbra en el aftermarket. Asociaciones como la ARIDRA (Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones) estiman que los precios de refacciones podrían subir entre 10% y 50%, golpeando directamente a consumidores y talleres.
"El segmento de repuesto será el más repercutido, ya que la mayoría de autopartes chinas van al mantenimiento de vehículos en circulación", indicaron en un comunicado.
Esto podría orillar a muchos a la economía informal, exacerbando vulnerabilidades en un mercado donde China ha conquistado el nicho accesible.
La medida responde en parte a los aranceles impuestos por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, que ya han elevado tarifas al acero y aluminio mexicano al 50%, impactando 12,577 millones de dólares en exportaciones de autopartes.
México busca contrarrestar estos "efectos colaterales" protegiendo su industria, pero expertos como Oscar Ocampo del Instituto Mexicano para la Competibilidad alertan: "Urge exenciones en el sector automotriz para no comprometer la competitividad regional".
Respuesta de China y Perspectivas
China, principal socio afectado, ha reaccionado con preocupación, demandando reciprocidad y amenazando con medidas similares. Mientras tanto, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y aliados en EE.UU. y Canadá presionan por preservar el "espíritu de colaboración" del T-MEC. Estimaciones del Instituto Peterson sugieren que aranceles generalizados podrían reducir el PIB estadounidense en 0.5% para 2027 e inflar precios en la región.
La industria urge una consulta amplia antes de la aprobación parlamentaria, prevista para entrar en vigor un mes después. Si no se ajusta, México podría enfrentar no solo parálisis productiva, sino una guerra comercial que frene su rol como hub automotriz global. Por ahora, el sector se prepara para un "juego arancelario" donde las cartas aún se acomodan, pero el costo final lo pagarán productores, armadoras y, sobre todo, los consumidores.





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