De Dickens a Coca-Cola: cómo el marketing salvó la Navidad ¿Mal necesario o el secreto de su supervivencia?

La Navidad es un tema que cada año genera debate: miles de personas critican la parafernalia de festejos y regalos, argumentando que se pierde su verdadero sentido.

-Sin embargo, ¿qué pasaría si no existiera la mercadotecnia? Probablemente, otras fechas como Halloween o el Día de la Madre serían los festejos más populares y conocidos en todo el mundo.

-Es cierto que gran parte de la población ha dejado atrás las posadas y la conmemoración del nacimiento de Jesús, pero en muchos países latinos aún se reconoce que la Navidad celebra ese evento, aunque las tradiciones se hayan diluido.

-En contraste, millones de norteamericanos desconocen por completo su origen religioso.Aun así, el propósito global de esta época es generar una magia única: resaltar los buenos valores, las buenas acciones y la convivencia familiar.

-Ese sentimiento se vive en casi todos los países, incluso entre quienes no profesan ninguna religión.Sin mercadotecnia ni regalos, la Navidad probablemente no tendría el impacto masivo que tiene hoy, aunque sabemos que su esencia no es el consumo, sino el nacimiento de Jesús, base de la cristiandad.

-Sin embargo, se ha convertido en un festejo mundial: posadas, cenas, Año Nuevo y, por supuesto, regalos y aguinaldos que emocionan a niños y adultos por igual. La economía se fortalece, y la ilusión de los niños genera esperanza.Creo que habría más quejas si esta celebración espectacular desapareciera.

-Es mejor que exista así, con todo su esplendor, pero sin perder su sentido profundo: ser mejores cada día, compartir con los demás y recordar el nacimiento de Jesús.

Con el tiempo, la promoción, las costumbres y la mercadotecnia han impulsado las ventas de productos, servicios, alimentos y regalos que se alinean con la época. La leyenda de Santa Claus, por ejemplo, ha evolucionado durante siglos.

-La imagen moderna del Santa con traje rojo y blanco, aunque ya existía antes, se popularizó enormemente gracias a las campañas de Coca-Cola en los años 30, que la estandarizaron en todo el mundo.

-Otro ejemplo clave es "Cuento de Navidad" (A Christmas Carol) de Charles Dickens, publicado en 1843. En la Inglaterra victoriana, la Navidad había perdido fervor y se celebraba poco. La historia de Ebenezer Scrooge —un avaro que, tras la visita de tres fantasmas (del pasado, presente y futuro)—, redescubre el valor de la familia, la generosidad y la convivencia, contribuyó decisivamente a revitalizar el festejo, promoviendo cenas familiares con pavo, regalos y un espíritu de caridad.

-La mercadotecnia ha sido criticada y satanizada, pero también ha ayudado a fortalecer la Navidad, manteniéndola vigente incluso en países no cristianos. El desafío es enfocarla en su origen: no perder de vista el nacimiento de Jesús y los valores de amor y solidaridad, más allá del consumo. Al final, es mejor un festejo masivo y lleno de magia que uno olvidado en el calendario.