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¿Repetir el 2000 en 2030? El sueño vaquero de Fox choca con la realidad morenista o si se puede?

  • efectoparallax5
  • hace 5 días
  • 4 Min. de lectura
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En un país donde la política se mueve más por memes que por manifiestos, Vicente Fox, el eterno ranchero de Guanajuato, decidió que 2025 necesitaba un poco de su sombrero y su retórica desbocada. Con un tuit que podría haber salido de un guion de El Infierno, el expresidente anunció el lanzamiento de Vértice MX, un "movimiento ciudadano monumental" destinado a "repetir la gran hazaña del 2000 el 2030" y "sacar" a Morena del poder.

 

 

"¿Quién le entra?", pregunta Fox, evocando esa victoria panista de hace 25 años que rompió 71 años de priato. Es un llamado a la alternancia, a la democracia, a la "economía de mercado" y a todo lo que huela a oposición. Suena épico, como un reboot de Independence Day, pero con botas vaqueras en lugar de explosiones.

 

 

 La pregunta que todos nos hacemos, sin embargo, es: ¿es viable? ¿O es solo otro capítulo en la saga de un señor que se niega a colgar el sombrero?

 

Para contextualizar, recordemos el 2000: Fox ganó con un 42.5% de los votos en una elección donde el PRI se desmoronó por corrupción endémica, crisis económica y un hartazgo colectivo. La oposición estaba unida (PAN, PRD y Verdes en una alianza improbable), y el carisma de Vicente —ese mix de ranchero y rockstar— conectó con un México ávido de cambio.

 

Morena hoy, en cambio, no es el PRI decrépito de Zedillo. Bajo Sheinbaum, arrasó en 2024 con un 59% presidencial y supermayorías legislativas, gracias a programas sociales que benefician a 25 millones de personas, un discurso antiélite que resuena en las clases bajas y una maquinaria electoral aceitada como reloj suizo.

 

 

 La 4T no es solo un partido; es un fenómeno cultural, con AMLO como figura mesiánica que, aunque ausente, sigue proyectando sombra larga.

 

Vértice MX llega como un bálsamo nostálgico en este desierto opositor. Fox lo pinta como un espacio para "liderazgos excepcionales" —académicos, empresarios, comunitarios— que impulse primarias abiertas y una "narrativa creativa" contra el "populismo autoritario". Abre la puerta a coaliciones con PAN, PRI o MC, reconociendo que solo no se come. En teoría, es un guiño a la ciudadanía post-partidista: nada de dinosaurios políticos, todo grassroots.

 

 

 Pero veamos la viabilidad con los pies en la tierra.

 

Los pros: 

Un chispa en la oscuridad. Fox no es un novato; su Centro Fox ha formado líderes desde 2007, y ha respaldado alianzas como Va por México. En un México polarizado, donde el 40% de los votantes (según encuestas de Mitofsky) expresa descontento con la judicialización o la inseguridad, un movimiento fresco podría canalizar eso. Imaginen: si Vértice une a independientes como Xóchitl Gálvez o Samuel García con votantes desencantados de Morena (los famosos "chairos arrepentidos"), podría replicar el momentum de 2000.

 

Además, con cinco años por delante, hay tiempo para construir. Fox ya genera buzz en X —sus tuits acumulan miles de interacciones—, y si logra financiamiento privado (piensen en Salinas Pliego, a quien ha respaldado), podría armar una campaña viral.

 

La historia muestra que las hegemonías caen: el PRI duró 71 años, pero se fue en un suspiro.

 

 

Los contras:

 Un espejismo en el desierto. Aquí viene lo duro. Primero, la edad y el lastre personal: A sus 83 años, Fox es más meme que mesías. Sus salidas de pata de banco —como aquel tuit antisemita en 2023 acusando a Sheinbaum de "judía búlgara"— lo han convertido en tóxico para la generación Z y millennials, que ven en él al abuelo gruñón que critica TikTok.

 

 Dentro del PAN, lo ven como "historia pasada", no futuro. Segundo, la fragmentación opositora: PAN, PRI y MC están en guerra interna; Anaya y Alito Moreno se odian más que a Morena. ¿Coaliciones? Suena lindo, pero en 2024 fallaron estrepitosamente.

 

Tercero, el dominio morenista: Con control de 23 gubernaturas, el INE en jaque y programas como Sembrando Vida como carnada electoral, Morena tiene el tablero inclinado. Encuestas preliminares (Parametría, noviembre 2025) dan a la 4T un 55% de intención de voto para 2030.

 

 

Cuarto, falta de estructura: Vértice es un tuit, no un partido. Sin bases locales, sin agenda concreta más allá de "democracia genérica", y con Fox como figura divisiva, corre el riesgo de ser otro Movimiento Ciudadano fallido o un México Libre sin el carisma de Lilly Téllez. En balance, la viabilidad de Vértice MX es baja a moderada: un 3 de 10. Podría ser un catalizador simbólico, como el PAN en los 90, pero replicar 2000 requeriría unidad milagrosa, un escándalo masivo en Morena (tipo Odebrecht 2.0) y un candidato fresco que no huela a rancio.

 

 

 

Fox tiene razón en uno: la ciudadanía es el rey. Pero sin una narrativa que aborde el bolsillo —empleo, seguridad, no solo "libertades"— será puro ruido. México necesita alternancia, sí, pero no un déjà vu; necesita innovación, no nostalgia.

 

Al final, ¿quién le entra? Yo digo: que entre la juventud, los datos y la estrategia, no solo el ímpetu de un ex. Si Vértice evoluciona a algo más que un hashtag, podría ser la semilla de 2030. De lo contrario, será otro capítulo en la biografía de Fox:


Pero al final de cuentas no podemos decir que no lo pudo lograr, porque lo hizo y con menos oportunidad y recursos. Ahora hay muchas formas de darse a conocer y salir adelante que antes era impensable...

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