Roger Waters en llamas: "Machado es una idiota", el Nobel de la Paz que enfurece al ex-Pink Floyd
- efectoparallax5
- hace 2 horas
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El legendario músico británico Roger Waters, cofundador de Pink Floyd y conocido activista por causas como la paz en Palestina y la justicia social, ha generado una tormenta en redes sociales al criticar con dureza el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder opositora venezolana María Corina Machado.
En un video publicado en su cuenta de X (anteriormente Twitter), Waters no escatimó en palabras: "María Corina Machado, el Comité Noruego del Nobel de la Paz ha decidido darte el Premio Nobel de la Paz de 2025. Nobel debe estar revolcándose en su maldita tumba".
El anuncio del Nobel, revelado el 10 de octubre en Oslo, reconoció a Machado por su "lucha incansable por la democracia y los derechos humanos en Venezuela", en medio de una crisis política que ha polarizado al país sudamericano. Sin embargo, Waters, un ferviente defensor del gobierno de Nicolás Maduro, vio en esta decisión una afrenta a los verdaderos ideales de paz. "Podrían habérselo dado directamente a Donald Trump, sería menos absurdo", ironizó el artista, comparando el premio con controversias pasadas como el otorgado a Henry Kissinger en 1973, a quien acusó de ser un "criminal de guerra".
Detalles de la crítica y el contexto
Waters grabó el mensaje en un tono sarcástico y visceral, acompañado de emojis de risa y burla, que acumuló miles de interacciones en horas. En el video de casi dos minutos, el músico de 81 años exige al Comité Noruego que "se comporte como seres humanos con un IQ por encima de la temperatura ambiente". Calificó a Machado de "idiota" e "imbécil" que "no tiene nada que ver con la paz", argumentando que el premio ignora la verdadera esencia del galardón: "La paz es sobre expresar la verdad y el amor para nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo, y apoyar la idea de derechos humanos universales e iguales".
El trasfondo de su enojo radica en su alineación ideológica. Waters ha sido un aliado vocal de Maduro desde hace años, visitando Venezuela en 2018 para un concierto en apoyo al chavismo y criticando sanciones internacionales como "intervencionismo imperialista".
Para él, premiar a Machado –inhabilitada por el gobierno venezolano y buscada por presuntos delitos electorales– equivale a respaldar una agenda de "ultraderecha" financiada por Washington.
Recordó que el Nobel ha perdido credibilidad al premiar figuras controvertidas, y extendió su diatriba al "plan de paz" de EE.UU. para Gaza, involucrando a Tony Blair, al que llamó "criminal de guerra".
La reacción no se hizo esperar. El gobierno de Maduro, que ya cerró la embajada venezolana en Noruega en represalia, celebró el apoyo de Waters como una validación de su narrativa de "golpe blando".
Figuras como el expresidente cubano Miguel Díaz-Canel y el economista brasileño Paulo Nogueira Batista Jr. (exdirector del FMI) se unieron a las críticas, llamando al premio "político" y "desprestigiado". Por el contrario, líderes como Barack Obama y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum (quien optó por un "sin comentarios" soberanista) felicitaron a Machado, mientras que Vladimir Putin lamentó que no se premiara a Trump por sus "esfuerzos en Ucrania y Gaza".
En Venezuela, el premio ha intensificado la brecha: opositores lo ven como un espaldarazo global a su causa, pero medios estatales lo tildan de "premio para golpistas". Waters, fiel a su estilo provocador –recordemos sus shows contra el sionismo o su llamado a "despertar, hijos de puta" en pro de Palestina–, cierra su video con un "Viva Venezuela" y un puño alzado, reforzando su imagen de rockero rebelde que no teme pisar callos geopolíticos.
Esta no es la primera vez que Waters arremete contra un Nobel de la Paz. En 2023, tras el galardón a Narges Mohammadi por derechos de las mujeres en Irán, lo elogió, pero ha criticado consistentemente premios a figuras como Obama (2009, "por nada") o Aung San Suu Kyi (1991, pese a su silencio sobre los rohinyá).
Su historial de intervenciones políticas –desde boicots a Israel hasta cartas abiertas contra la OTAN– lo posiciona como un crítico implacable del establishment, pero también le ha valido acusaciones de antisemitismo y sesgo izquierdista.
En este caso, su ataque a Machado parece más un reflejo de su afinidad con el eje bolivariano que una defensa abstracta de la paz.
Con las elecciones venezolanas de 2027 en el horizonte y tensiones crecientes en América Latina, el Nobel de Waters podría avivar más divisiones, recordándonos que, en el mundo de la geopolítica, hasta un premio "pacifista" puede sonar como un grito de guerra.
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